Desde el arranque del encuentro, correspondiente a la novena jornada del Apertura 2013 del futbol mexicano, Aldo de Nigris es testigo de lo que ya había previsto días atrás: un ambiente hostil. La afición de Tigres, donde surgió como futbolista, no le perdona la burla que hiciera en un Clásico Regiomontano, al acostarse sobre el césped, como si tomara sol, para celebrar un gol.
Cada vez que toca la pelota, escucha el unánime abucheo de los asistentes al Estadio Universitario. Pero Aldo de Nigris, a diferencia de su ahora compañero, Marco Fabián, no se siente lastimado ni desconcentrado. Responde a los silbidos como un centro delantero debe hacerlo. Habla en la cancha.
Es apenas el minuto cuatro. Jesús “Chapo” Sánchez, cerca de la línea por el costado derecho, levanta la mirada y manda un balonazo profundo. Rafael Márquez Lugo alcanza el esférico, solo y dentro del área, donde el arquero Enrique Palos sale para anular al atacante visitante.
Pero el rojiblanco es inteligente. Se da la vuelta mientras el portero lo persigue. Observa a De Nigris llegar de atrás, le toca apenas afuera del área para que dispare de primera intención. El remate del refuerzo va raso, en el único hueco posible. Estremece las redes. Gol de Chivas. Aldo se estrena con el Rebaño Sagrado, frente al club que lo vio nacer.
Guadalajara se ve mejor parado. Con el correr de las jornadas, entiende más el nuevo esquema táctico, propuesto por el técnico Juan Carlos Ortega. Pero Tigres, obligado por estar en casa y en desventaja, se apropia del balón y busca el tanto de la igualada.
Son varios los intentos locales. Un zurdazo de Alberto Acosta se va por encima, al ’11 y después Lucas Lobos se atreve a probar de larga distancia, pero su disparo se va por arriba pues, aunque es potente, no lleva el efecto suficiente para bajar con dirección al arco, al ‘25.
En los mejores momentos del cuadro felino, un toque profundo deja parada a la defensa rojiblanca, que levanta las manos pidiendo un fuera de lugar que nunca se marca. Alan Pulido recibe en el área, hace un recorte para quitarse a Patricio Araujo, que regresa rápido, pero el disparo va directo al rostro de Luis Ernesto Michel. El arquero “da la cara” para salvar al Rebaño Sagrado, al ’29.
Chivas, es cierto, tiene más orden, pero presenta el mismo viejo defecto: sufre para generar. Se acerca al arco de nuevo hasta el ’35, con un buen trazo profundo de Aldo de Nigris, que Rafael Márquez Lugo define con un derechazo cruzado y sin dirección, pues no hace un buen contacto.
El conjunto tapatío se va al descanso con la ventaja, pero durante el medio tiempo se desata una tormenta eléctrica sobre Monterrey. El árbitro Fernando Guerrero decide retrasar el arranque del complemento, en espera de que mejoren las condiciones climatológico.
No es la lluvia el problema, ni la cancha, que se encuentra en buen estado, sino los relámpagos. La decisión del silbante busca resguardar la integridad de los futbolistas, no exponerlos ante el riesgo de que sobre la cancha caiga una descarga eléctrica.
Conforme pasa el tiempo, la grada se va desalojando. Al principio permanece el entusiasmo. Pero la espera es larga. Una hora y 20 minutos después, cuando el encuentro se reanuda, la tribuna luce semivacía.
Guadalajara se acomoda mejor tras la prolongada pausa. Otra pelota larga y nuevamente una salida comprometida del arquero Enrique Palos, que choca con Aldo de Nigris. La pelota queda en pies de Marco Fabián, que empuja el 2-0, al ’51. Un paso más del 10 rojiblanco en busca del perdón de la afición.
El Rebaño Sagrado vive probablemente sus mejores momentos del torneo. Tiro libre por el costado izquierdo. El cobro de Marco Fabián es desviado por la defensa y llega hasta segundo poste donde Carlos Fierro remata para el 3-0, al ’63. Chivas parece tener definido el encuentro. Se siente triunfador. Ese es el pecado por el que paga una cara penitencia.
En cuestión de minutos, la escuadra tapatía tira todo el esfuerzo a la basura. Juan Carlos Ortega hace cambios que buscan controlar los minutos finales. Ocurre todo lo contrario. La defensa intenta salir para dejar en fuera de lugar a Alan Pulido. No lo hace adecuadamente. El delantero felino define ante Luis Michel y coloca el 3-1, al ‘76.
Cuatro minutos más tarde, el árbitro señala un rigorista penal en contra del Rebaño Sagrado. El brasileño Juninho toma el esférico y lo coloca en el balón. Saca un fierrazo que pega en el travesaño antes de entrar al arco. El 3-2 mete nerviosismo al Guadalajara. Tigres no baja los brazos. Tiene hambre de más.
El cuadro local se vuelca al frente. Un rebote dentro del área le queda a Lucas Lobos, que empuja el 3-3, al ’86, ante la incredulidad del Guadalajara, que sentía en la bolsa los tres puntos. Los locales se van con todo por la increíble voltereta, pero ya no les alcanza. Chivas suma apenas su sexto punto del Apertura 2013, sigue en la parte baja de la clasificación y Juan Carlos Ortega todavía no conoce la victoria, información de Central Deportiva.