El diagnóstico para el jugador fue bastante malo, pues estará de tres a cuatro meses fuera, ya que después del partido de "waterpolo" que tuvo en el Azul, las consecuencias fueron lamentables: rotura parcial de ligamento cruzado de la rodilla derecha.
Rafael Ortega explicó que no es necesaria una cirugía y que el lateral tendrá que someterse a una rehabilitación para retornar a las canchas: "En la revisión que le hice a Gerardo, apreciamos que tiene una rotura parcial de ligamento cruzado en la rodilla derecha. Él tendrá un tratamiento de rehabilitación, conservador, no se hará cirugía y a las canchas debe regresar de tres a cuatro meses".
Por otro lado, el jugador de cruz azul Pablo Barrera se unió al viaje con rumbo a Guadalajara. El motivo es la revisión mensual que el jugador celeste tiene después de la grave lesión que lo alejó seis meses de las canchas. Recordar que Barrera sufrió una rotura de ligamento cruzado de la rodilla derecha, y es por ello que el jugador se somete a revisiones mensuales.